Cínicos, todos cínicos y corruptos


Cínicos, todos cínicos y corruptos.
(O sobre la relección del Procurador Ordóñez)

Por:
FEDERICO PÉREZ BONFANTE
Docente. Universidad del Valle
Afiliado a SINTRAUNICOL – Cali
Miembro de la ONG de DD.HH. NOMADESC

Hay algo de bueno en todo esto de la relección del actual Procurador Alejandro Ordóñez: se trata de una de las muestras más fehacientes del grado de podredumbre al cual han llegado quienes ocupan las más altas esferas del Estado en Colombia. Es decir, el Gobierno de Juan Manuel Santos con su Urna de Cristal; el Congreso de la República, al mando de Roy Barreras y la Corte Suprema de Justicia, la misma que retiró de su cargo al más brillante y valiente investigador en el proceso denominado “Parapolítica”.

En relación al Congreso de la República con su Unidad Nacional, aún no han sido postulados los otros dos miembros de la terna y ya la coalición de estos partidos ha expresado su decisión de votar por el actual Procurador Ordóñez. Este hecho huele bastante mal, pues permite afirmar que no son el análisis y el debate los principios rectores del Congreso de la República, algo ya sabido, pero que con esta actuación queda absolutamente demostrado. No lo es tampoco la solidez y la diferencia ideológica, pues ¿qué hace un partido que se dice liberal respaldando a un hombre absoluta y radicalmente conservador? Lo anterior permite sostener entonces que son otros los principios que conducen las actuaciones del Legislativo.

Ahora bien, ¿quién ternó al Procurador Ordóñez? La Corte Suprema de Justicia. Se trata de la misma Corte que separó de su cargo al más brillante y valiente investigador de la “Parapolítica”, el hoy ex Magistrado Auxiliar Iván Velásquez. ¿Cómo puede entenderse que una de las más altas cortes haya ternado a una persona que ha violado una sentencia de otra alta corte (la Constitucional)? Me refiero a la sentencia que reconoce los derechos sexuales y reproductivos. Un Procurador que es capaz de violar la Ley no sólo no debería ser ternado para relegirse, sino que debería ser separado de su cargo. Pero Colombia es el país donde las cosas funcionan al revés: el Procurador Ordóñez es promovido y el Magistrado Velásquez es relevado.     

Caso similar ocurrió con la Fiscal General de la Nación, Vivián Morales, quien emprendió una serie de decididas acciones encaminadas a que se aplicara justicia en los casos más sonados de corrupción en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Buscaron la leguleyada para separarla de su cargo y en su lugar la Corte Suprema de Justicia y el Gobierno Nacional convinieron nombrar a Luis Eduardo Montealegre, un hombre que recibió 5 mil millones de pesos por asesorar a SALUDCOOP, la EPS más sonada en materia de corrupción en el país. La consecuencia: al congelador los procesos de los más altos funcionarios del gobierno Uribe.

¿Cuál será el proceder del Gobierno Nacional? Se lavará las manos: ternará a su candidato (el otro será postulado por el Consejo de Estado, instancia que tumbó a Vivián Morales) y dirá que nada tuvo que ver en su elección. Sin embargo al gobierno de la urna de cristal le quedan recursos de carácter político. Así como lo ha hecho para otros temas, podría convocar a su bloque parlamentario de la Unidad Nacional a uno de sus habituales desayunos para reversar la decisión de los congresistas. Podría igualmente pronunciarse públicamente sobre lo inconveniente de que el actual Procurador haya sido ternado. No obstante, Juan Manuel Santos no lo hará, está comprometido con la relección de Ordóñez, era su candidato, la Corte Suprema se le adelantó.      

¿Qué es aquello que Ordóñez tiene que convoca la decisión de todos los anteriores? Como es de público conocimiento, la Procuraduría General de la Nación cuenta con 500 altos cargos, muy bien remunerados, de libre nombramiento y remoción. Allí está el encanto del Procurador, quien ya ha demostrado ser muy serio en el cumplimiento de sus compromisos burocráticos y clientelistas, no tanto en el acatamiento de las sentencias de la Corte Constitucional.    

Los tres poderes del Estado (el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial), en sus más altas esferas, se han unido (como lo hicieron para la oscura Reforma a la Justicia) para relegir a un hombre que les garantiza dinero y poder, los mismos principios “éticos” de los Nule. Son esos mismos, Juan Manuel Santos, Roy Barreras y Magistrados de la Corte Suprema de Justicia quienes cotidianamente nos hablan, al tiempo de estas actuaciones, de superación de la pobreza, transparencia, prosperidad para todos, justicia, voluntad de paz, democracia, etcétera. ¿Con qué autoridad hablan? Cínicos, todos cínicos y corruptos. Definitivamente el Estado colombiano carece de cualquier legitimidad. Y todo lo anterior ocurre con la anuencia sombría de lglesia, los grandes empresarios y los medios de comunicación.    

Septiembre 18 de 2012         

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